Necesitas
- Jabón para vehículos
- Agua
- Paños suaves
- Vinagre
- Bicarbonato de sodio (opcional)
- Limpiador de cromo
- Cera para cromo
Lava las llantas cromadas con agua y jabón cada vez que laves el coche. Usa un jabón especial diseñado para los vehículos. No utilices un cepillo, ya que puedes rayar el cromo. En su lugar, limpia alrededor de las ranuras con un paño suave.
Seca el cromo con un paño suave. Puedes notar que las llantas siguen sucias o no consiguen el brillo que buscas. Si este es el caso, continúa con el siguiente paso.
Sumerge un paño suave en vinagre y frota el paño sobre el cromo sucio. La acidez en el vinagre ayuda a destruir los restos adheridos a las ruedas. Añade una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio en el trapo, ayudará a aumentar el poder de limpieza, así que siéntete libre de añadir una pequeña cantidad si lo tienes ya en tu casa.
Lava la rueda entera con tu limpiador de cromo. Esto funciona como el jabón, pero está diseñado específicamente para el cromo. Si el jabón y el vinagre no liberan los residuos completamente del cromo, el limpiador, probablemente hará el truco.
Seca cada borde con un paño suave, y luego vierte una pequeña cantidad de cera para cromo en un trapo nuevo y limpio. Frota la cera en la rueda asegurándote de cubrir completamente cada rueda. La cera es de auto-secado y no requiere de un enjuague de agua. Ayuda a prevenir la futura acumulación de suciedad sobre las ruedas de tu coche.
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